La trompa es un instrumento de viento metal formada por un tubo largo que se va enrollando y termina en una campana abierta. Su registro es amplio y va del sib2 hasta mi 6 por lo que tiene mucha versatilidad. Además, el trompista tiene diferentes recursos para poder realizar un sonido más suave o más áspero.
Su sonido se produce por la vibración del movimiento de los labios junto con su boquilla pasando por sus tubos y la modificación de las clavijas.
Durante el Clasicismo, la trompa se consideraba de madera, ya que era diferente a la familia de metal por su sonido más suave y dulce. A finales del s. XVIII pasó a formar parte de la familia viento metal por su estructura y por el tipo de boquilla.
Las primeras trompas fueron usadas en la caza y en la guerra y de origen animal. Las primeras trompas tenían muchas limitaciones en cuanto a las tonalidades hasta que en el Clasicismo, la trompa evolucionó y permitió la interpretación de muchas melodías con variedad de tonos gracias a la modificación de los tubos. En 1815 aproximadamente, apareció el uso de los pistones que contribuyeron a la versatilidad y muchas opciones en los tonos musicales de las melodías.
Algunos de los conciertos más difíciles y bellos para este instrumento fueron escritos por compositores tan ilustres como W. A. Mozart, Reinhold Glière, Robert Schumann o Richard Strauss.