Les voy a contar un cuento de una panda de usureros que buscando más dinero maquinaron con maldad un negocio maleante ‘pa’ robar con blanco guante y al enfermo ir a sangrarle y con su salud jugar. Jugar a ganar dinero con la vida del enfermo y si no da dividendos que lo cuide su mamá.
Si no paga es conveniente que se muera esa gente, curaremos al pudiente el pobre puede enfermar. Acumularon riquezas, agitando sus banderas, y ataúdes de madera, pal sector más popular. Pero un día multitudes, vieron tantos ataúdes que mostraron inquietudes al poder y al capital.
La salud no es bien privado, quién se lucre es un sicario lo deben pagar muy caro por higiene y sanidad.
Y el poder disimulaba con mentiras y patraña hasta que el pueblo con saña se alzó por su dignidad. Y murieron los gobiernos que maltratan al enfermo, cómplices de tantos muertos, mueran ellos y ya está.
Los hospitales privados, los negocios concertados que especulan con dañados deben acabarse ya. Apartar las sucias manos de los derechos humanos, tu negocio sanitario es fuente de enfermedad.
Se acabaron tus mentiras, se acabaron medias tintas por una sanidad digna pública y de calidad. Para el enfermo de cáncer, para el parto de una madre ‘pa’ ortopedias y trasplantes sanidad universal.
La salud no es bien privado quién se lucre es un sicario lo deben pagar muy caro por higiene y sanidad.